jueves, 6 de diciembre de 2018

Desencuentros con Amaury

Por Luis Córdova


Hace doce años que ambos teníamos menos libras, más cabellera y un desencuentro me aguardaba. Fernando, el duende mayor, se hizo amigo de un cubano famoso y eso en los coordinadores de ArteVivo levantó albricias. Amaury Pérez vendría al Festival.
Eran los días de empleado de banco y horario de hierro, las exigencias de los trabajos que Danilo imponía como prioridad para los segundos tomos de La Memoria de la Pintura Dominicana y, como si fuera poco, me había metido en la Comisión de Artes Visuales del ArteVivo de ese año.
Fue una de esas obligaciones que me impidió estar presente en el saludo que los Coordinadores del Festival recibieron en privado con Amaury Pérez… de nada sirvió que cantara en el camino “no nos van a impedir…”, quedé impedido. Nos quedaron las anécdotas de Luisa Rebecca, llenas de la gracia única de esta mujer singular, un duende de la Casa en el sentido pleno.
Entonces quedó el sinsabor de que, además, la noche del concierto, como en tantas otras cosas de la vida, tampoco pude llegar a tiempo. Amaury partiría de inmediato, muy deprisa para un joven que ajustaba el reloj en un tiempo del Caribe, acostumbrado a medir las horas en ratos y al que se le sobrevenía, corazón dividido entre la que “murmuraban que no me conviene” y la que finalmente se escapó por su bien… la división de amores restó tiempo y la división paró en soledad: “un torpe tipo avasallado por los sueños”, acaso mendigando un otoño…
Pero me acuerdo de Abril y la memoria rescata ese y otros desencuentros, muchos con una guitarra y la voz de Amaury en el fondo.
De nuevo en la ciudad. ArteVivo reitera milagros y esta era la oportunidad para liberar las penas que nos cargó el corazón en este 2018.
A Esteban se le ocurrió, cosa que nunca hace, convocar a la Tertulia de la Cacata. A pesar de que la casa es del veterano periodista, es Juan Isidro quien se encarga del asalto del espacio, Yessenia es quien nos seduce con las sorpresas gastronómicas y es el estar juntos en un espacio “tolerante a la disidencia” lo que nos une.
Tres de la tarde y la llamada llegó: “Amaury visitará la Tertulia de la Cacata” (aprovecho para públicamente renegar el nombre de “Los Cacatuses”). Las tardes y los compromisos, esta vez ineludibles… a doce años y tantas cosas celebradas con sus canciones, lloradas con sus melodías… de nuevo tampoco pude estar. Me entenderá desde donde esté el poeta Fiallo:
“…e indiferentes viven y tranquilos
¡ay! todos, menos yo.”
Esta vez menos anécdotas. Los escritores son así. Lo ha contado Pedro, algo dice Llibre, Enegildo, Andrés… los amigos Ambioris, Edito tienen versiones interesantes y coincidentes con lo dicho por el propio trovador en pleno concierto “vengo de un encuentro formidable con poetas…”
Mi deber era coordinar otras cosas y estar a tiempo, cumpliendo esa misión permanecí en la Sala de Lectura de Casa de Arte, desde donde se coordinaría algunos detalles de la presentación.
Entonces fui presentado como “el que había faltado”, algo bueno dijeron que el cantante sonrió y me dio un abrazo.
Entonces la foto… justo al concluir el rápido encuentro a alguien se le ocurre tomarnos una foto. Pero al señor fotógrafo, justo en el instante, le falló la cámara. Lenin muy preocupado, definitivamente faltó La Niña.
De todos los desencuentros hay uno que sigue sucediendo, cuando los años avanzan y sus canciones rescatan momentos perdidos en la bruma de los sueños rotos… otras van delante abriendo las sendas del amor posible o imposible, que uno u otro al fin no importa si desde la distancia podemos hacerla venir.
Las primaveras de otoño llegaron a Santiago. El patio de la casa tiene sus encantos, arácnidos incluidos…. Otros como Juan, Domingo y Colón faltaron a la cita, pero de eso hablaran ellos, igual que los demás académicos y periodistas de los que nadie ha dado cuenta, así como las damas que aportan tanto juvenil tino a la locura de los eternamente muchachos.
Yo sigo guardando silencios, intentando cantar canciones ajenas aun sea para molestar y Artevivo sigue siendo la realidad más fecunda de la gestión cultural no gubernamental en el país.
Algún que otro ego se resiste al júbilo de los soñadores, que les duele que la esperanza continúe venciendo el tedio estéril de la pose…. Mientras se escucha que algunos…
Murmuran de tu absurda vestimenta,
de tu falsa cultura y de tu orgullo,
de tu acento mal medido y duro,
de tu anormal y casi tonta veta.