Por
Luis Córdova

La
convocatoria la hizo el diputado brasileño del Partido Social Liberal (PSL),
Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente
Jair Bolsonaro, quien apareció en la cumbre por medio de una videollamada.
Auspiciada por la Fundación Índigo de Políticas Públicas y el Centro de
Estudios en Seguridad, la primera cumbre de los conservadores latinoamericanos
fijó sus objetivos que consistió, primero, posicionarse como un espacio de
encuentro de sectores afines a la derecha en las Américas y, segundo, mostrarse
como la completud de la alternativa en la región frente al Foro de Sao Paulo.
Este
es un precedente para los estudiosos de las ciencias políticas. Con un escaso
impacto en los medios internacionales, esta cumbre muestra la voluntad unitaria
de una facción política que se posiciona, abiertamente, en el extremo
ideológico de la derecha con una interpretación que hay que estudiar sus criterios
de lo que es “igualdad” y la agenda de la promoción de los derechos humanos.
El
asesor del primer mandatario brasileño, el intelectual Olavo de Carvalho,
encabezó la lista de periodistas y académicos que intercambiaron perspectivas
sobre cultura, política, seguridad y economía. Participaron José Antonio Kast
(exdiputado chileno, creador del movimiento político Acción Republicana); la
senadora María Fernanda Cabal, del Partido Centro Democrático; Fidel Zavala
(senador paraguayo del Partido Patria Querida); Orlando Gutiérrez
(representante de los exilados cubanos en Estados Unidos); así como los
venezolanos Roderick Navarro y Eduardo Bittar (del grupo Rumbo Libertad).
Además Giardin de Souza (promotor de Justicia del Ministerio Público de Rio
Grande do Sul); el General colombiano Jorge Jerez Cuellar; el expresidente de
Colombia Álvaro Uribe; Fernando Destito Francischini, delegado de la Policía
Federal y Diputado Federal.
La
atención, aún el prejuicio nos limita mucha para ponderaciones mesuradas, pero
es interesante que las posturas de la extrema derecha dejaron el escenario electoral
y la descalificación, en medio del debate
público en los últimos procesos electorales de la región, para entrar con
rigor en propuestas mesuradas y colectivas, proporcionando argumentos a quienes
se inscriben en esta tendencia de pensamiento. No solo se trata de conquistar
espacios de exposición pública, avanzan a concretar una identidad internacional
que, entre otros elementos de su agenda, está la de “hacerle frente” al marxismo
cultural, la ideología de género, el lobby gay, la inmigración ilegal y a los
que denominan “gobiernos dictatoriales” de Nicaragua, Venezuela y Cuba.
Los
que veían en la reciente gira internacional de Edudardo Bolsonaro, la intensión
de un hijo por ayudar a la presidencia de su padre en el plano internacional,
ahora vemos que según explica Stephen Banno, el exasesor de campaña de Trump,
se trata de algo más profundo, más serio. La próxima edición de este foro se
realizará en Cuba, los días 15 y 17 de julio de 2019. Coincidirá con los
primeros seis meses de la presidencia de Bolsonaro, ya veremos si este empuje
favorece o no la derecha y su agenda en esta coyuntura determinante en las
Américas.
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