viernes, 4 de noviembre de 2016

Andrés Acevedo: el investigador


Conocer a Andrés Acevedo, es consustancial a acercarse a sus tareas que como intelectual va ejecutando, porque vive, comparte y disfruta en cada conversación la cultura, los hallazgos con los que va tropezando en su imperturbable camino de lecturas, en su ruta investigativa. 


Conozco a Andrés Acevedo desde hace más de veinte años. Entonces compartía en las tardes con él las lecturas de bachillerato, no importaba el lugar, la calle, Casa de Arte, Inc., su casa, mi casa, siempre estaba presto a escuchar esos primeros textos. Luego supe que lo mismo hacía con los compañeros de su generación: era el consultado, el que corrige con humildad, quien muestra sus perspectivas con esmero y anuncia sin reservas, sus originales abordajes de temas manidos pero que en sus palabras alcanzan la genial novedad de revelarse acertijos.

    
Así vivimos junto a él, de encuentro en encuentro, la voluminosa obra que ahora le entrega a la bibliografía nacional y caribeña, “Instituciones culturales de Santiago de los Caballeros (origen y evolución)”, editada como proyecto ganador en la Segunda Convocatoria Nacional de Proyectos Culturales (2015), convocado por el Ministerio de Cultura de la República Dominicana, y editado en este 2016 bajo el cuidado de la Editora Nacional, en un volumen de unas 642 páginas.
    
Una obra referencial, de consulta, tanto para quienes aún se conectan al Santiago decimonono, capital de la cultura por momentos, centralizadora de fecundas iniciativas para el desarrollo nacional, así como quienes ansían datos curioso, desvelar secretos, confrontar fechas y hurgar las interioridades de los hacedores de la gestión cultural y las instituciones que han servido de plataforma para una muy particular dinámica sociocultural.

Si bien es cierto que redactar este volumen es un compromiso con la ciudad y con su propia trayectoria como gestor en los últimos decenios de la cultura en su provincia y la región, debemos agregar a esas complicaciones la palpable desidia, acaso desdén por muchos de los que les corresponden ofrecer acceso a los desorganizados y exiguos archivos en esta plaza. No solo fue uno de los escollos que tuvo que sortear Acevedo, sino que complejizó una empresa de por sí agotadora. En este contexto, se hace doblemente necesario reconocer su trabajo.
    
A partir de esta obra de Andrés se le ha facilitado las cosas a quienes pretenden investigar la vida de las instituciones culturales y con ellas aproximarse al pensamiento de una ciudad determinante para la configuración de la identidad cultural dominicana. Se les facilitan, hemos dicho, y se democratizan muchas referencias que, pese a estar documentados, han sido condenadas a la oralidad por algunos que, en el ingenuo objetivo de tener prestancia o hacerse necesarios para contar la historia de la ciudad, administran a discreción.
   
Es un libro de vida. No es un manojo de fechas y citas organizadas de manera sistemáticamente frívola. Si bien es atendible la advertencia que hace el mismo autor de que no se ha producido una investigación con la rigurosidad de metodológica de un estudio histórico o sociológico, tiene la fuerza y el incalculable valor de ser una obra surgida del padecimiento de la dispersión de la data, escrito con pasión, con una prosa ágil y limpia de quien es buen conocedor del lenguaje.
    
Es una obra de vida, insisto, porque sin permiso revive personajes para hacerlos actuar en los años de un calendario real administrado como lúdico almanaque, abriendo y cerrando puertas de instituciones, reapertura en su narrativa momentos de gloria, detallando el ocaso del cual se aprende masticando el polvo de centurias, todo en una escritura que insufla esperanza a quienes ven en la cultura, no un medio de vida, sino un medio para jamás morir.
    
Este libro será leído y consultado por quienes aman la cultura, no por los que se limitan a una fecha o una efemérides para seguir perpetuando la ignorancia o haciendo el bulto de una rancia heredad que mutila la propia dinámica de la cultura en Santiago. Poco importa la cronología, las minucias de una investigación que sin sentido llenaría estantes de volúmenes que nadie leería.
    
La selección de las instituciones culturales de Santiago acusa una tradición que llena de orgullo pero que también conecta a los retos a los que está llamado, como municipio y provincia, a proyectar su pasado y redimensionar la tradición hacia el futuro.
    
Ese es el reto que Andrés Acevedo construye con aportes novedosos, con una selección de fotos vívidas, rescate de algunas imágenes olvidadas, de documentación que jamás vieron la luz, así como el imprescindible anecdotario que bien administrado fortalece una obra de esta naturaleza.  


De sus publicaciones anteriores también hemos hablado, con la admiración y respeto que merece su trabajo como poeta, especialmente la dedicada a los infantes.  Un importante gestor cultural que nació en Santiago de los Caballeros (1964), pero que ha accionado en gran parte del país. Ese colaborador frecuente de los periódicos La Información y El Nuevo Diario, desde mediados de los ochenta, facilitador en talleres de creatividad para niños, jóvenes y adultos en diversos centros educativos del país, viene de ser bibliotecario y asistente de investigaciones de la centenaria Sociedad Cultural Alianza Cibaeña, laboró también en la Dirección Regional de Cultura, en el Departamento de Cultura y Educación del Ayuntamiento del municipio de Santiago. Ha publicado los libros: “Arcoíris derretido” (1997); “Vuélvete mi niño” (2003); “Versos para niños recitadores” (2005); “Sueños de sombras” (2006), “Leyendo versos para niños” (2007); “Mi caballito de goma y otros poemas infantiles” (2015), textos de los cuales han sido traducido al inglés, alemán y catalán, hasta ahora entregarnos este volumen de investigación historiográfica.


Entendible alguna ausencia, acaso la agonía de quien se cree merecedor de estar allí, pero comprendiendo que se trata de una labor vasta, enriquecedora y perfectible en el tiempo, como toda obra humana, el de Andrés es un aporte que celebramos con profunda gratitud como santiaguero.




PUBLICADO EN EL PERIÓDICO LA INFORMACIÓN, EDICIÓN DEL 02-11-2016.
Link: http://lainformacion.com.do/noticias/ciudad/73363/andres-acevedo:-el-investigador