domingo, 16 de abril de 2017

A PROPÓSITO DE LA PRIMAVERA: ARTEVIVO

Por Luis Córdova
 
Para generaciones de artistas de Santiago, del país y hasta del Caribe es casi imposible que llegue la primavera y no retumben en los adentro alguna de las versiones de ArteVivo.
Conecta el momento con la preocupación de nuestro artículo anterior, el de las ciudades creativas, y tanto a ese como este tema estaremos volviendo constantemente ahora que la memoria se agota entre el espanto y la ternura, como dice la canción.
ArteVivo es el festival cultural más importante realizado en la isla. Su transcendencia nacional lo ubica a niveles del Caribe como  uno de los más constantes y participativos eventos en su género.
ArteVivo es el que se realiza en la ciudad e Santiago de los Caballeros, gestado desde Casa de Arte, Inc., y que congrega tanto academias como ONG culturales y entidades gubernamentales del sector, que se involucran en la organización, auspicio y programación en un evento que desde su fundación lidera el poeta y gerente cultural Fernando Cabrera junto a un equipo de preocupados gestores de la cultura dominicana, obvio que se suman de carácter permanente el grupo de “duendes de la Casa” muchos de los cuales de por sí ya han mutado en patrimonio de la ciudad; de igual manera se ha sumado en las últimas ediciones el Ayuntamiento de la ciudad con el cual se ha logrado reconocer de manera conjunta a visitantes del Festival.
Para muestra los botones del eterno Freddy Ginebra, nuestro Víctor Víctor, Frank Etienne (un maravilloso dramaturgo haitiano propuesto en varias ocasiones al Premio Nobel), a la Familia León Asencio en el marco del centenario de sus empresas y reconocimiento al mecenazgo y apoyo al Festival. El sentido y justo reconocimiento a Johnny Pacheco, al Instituto Puertorriqueño de Cultura, Pablo Milanés, Amaury Pérez, Danny Rivera y paro de contar por el momento.
ArteVivo es ensueño y realidad. Una particular “Celebración de la primavera, el festival de los artistas”. Más que lema ha sido el bravo y tierno canto de creadores culturales que, en la marginalidad de sus mundos, hacen un concierto de soledades, de develaciones, de inocencias y pura entrega al arte por el arte, desde más de treinta años, para ser exactos la primavera del 1987 que sorprendió a Maridalia cantando sobre una silla, porque no había escenario, que empapelaron las paredes porque los directivos de Casa de Arte, Inc., así lo exigieron y desde entonces el papel estraza jamás ha repetido un poema, un pensamiento, una expresión, un dibujo, una obra plástica. La misma primavera de sueños y esperanzas, de querer libertad en todos lo humanamente posible.
Para ser aún más preciso, el tiempo parece jugar a la eternidad, burla momentos en un reloj que no acepta desmemoria y parecen siglos lo transcurrido desde su primera entrega, el 21 de marzo de 1987.  ArteVivo ha fascinado por su singularidad a críticos, artistas de todas las manifestaciones y público general. 
Del happening inicial a lo que ha sido y es hoy ArteVivo existe una historia palpable en cada uno de los que ha asistido, involucrado o hecho suyo este sentir creador y renovador. Es un Festival que se reinventa en cada edición, que se renueva y que la ciudad espera.
Patrimonio de todos que merece respaldo, no apropiaciones sino multiplicaciones. Ojalá desde la razón y la locura, desde la ingenuidad y las agendas pendientes, esto se entienda.